Graduación110UPR: Hermanos, humanistas e inseparables
Por: Héctor A. Suárez De Jesús / IUPI al Día
Keishla y Kevin Quiles Bonilla, jerezana y gallito, respectivamente, se graduarán con altos honores del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), este próximo 17 de junio de 2015; logro que, como otros tantos, se enorgullecen en compartir.
La historia de los hermanos Quiles Bonilla trasciende la perseverancia, la unidad familiar y sobre todo el ahínco de la superación. Y es que tanto Kevin como Keishla han sido guiados y acompañados por su madre Doris Bonilla, quien ha sido parte integral del desarrollo académico de ambos y del desenvolvimiento de Keishla, quien sobrelleva distrofia muscular.
La mayor de este dúo dinámico, que hoy tiene 23 años de edad, inició sus estudios primarios en una escuela especializada de su natal Vega Alta. Al culminar la elemental, decide cursar la escuela intermedia y superior en corriente regular de un plantel público. Su hermano, de 22 años, con quien tiene un fuertísimo vínculo, le siguió los pasos en cada una de sus faenas académicas. Desde entonces, han sido inseparables. “Nosotros siempre nos hemos llevado muy bien, porque obviamente desde pequeño ya yo estuve muy consciente de la condición que ella tenía y tenía que ayudar a mi mamá con ella y eso yo creo que nos hizo hacer el ‘bonding’ (unión) más fuerte,” comentó Kevin sobre la relación.
Ambos tenían una meta clara al culminar escuela superior: realizar estudios universitarios. El menor de los hermanos, siempre aspiró a ingresar a la IUPI, motivado por su fascinación con la Torre Universitaria. Por su parte la primera alternativa de Keishla era estudiar en el extranjero. Los giros de la vida, sin embargo, los condujeron hasta el Recinto ríopedrense. “Pude entrar y al principio el cambio de planes no me gustó, ya en mi mente yo tenía que quería estudiar allá afuera, fue un poquito difícil, pero aún así la experiencia de la Universidad como que te amarra, te lo vives igual y fue una experiencia bien bonita,” nos contó Keishla.
Los hermanos apuntaron la selección de su casa de estudios a elementos como: la gran importancia de la UPR para el País, el prestigio y la accesibilidad geográfica. Kevin, añadió la disponibilidad de programas académicos únicos y de mayor valor. Keishla cursó estudios de bachillerato en lenguas modernas y drama, mientras que Kevin ingresó al programa de bellas artes, con énfasis en historia del arte y fotografía.
La adaptación a la vida universitaria fue un proceso gradual para ambos, pues en el Recinto enfrentaron retos cotidianos como: el volumen de trabajo, la interacción social en un espacio tan amplio y compartir desde primer año con estudiantes más experimentados y con más conocimientos, situación que resultó intimidante.
El ajuste de Keishla a la Universidad, se vio interrumpido temporeramente como resultado de complicaciones con su salud que, luego de estar hospitalizada, requirieron que descansara durante todo un semestre. A su regreso, experimentó lo que describe como una repetición de las vivencias de su primer año. Las grandes distancias que recorría en el Recinto no fueron obstáculo para que esta Jerezana gozara de particularidades como: la oportunidad de compartir con personas provenientes de toda la Isla e incluso, de otros países. “Fue como abrir una ventana a todas las oportunidades que tiene la Universidad y el mundo para ofrecer” expresó.
Tanto Kevin como Keishla catalogaron su estancia como excepcional y vital para su desarrollo académico. En el caso de Kevin, el apoyo de profesores y personal de su departamento contribuyeron a su gestión como investigador, que le ha llevado a participar de congresos fuera de Puerto Rico. Desde su perspectiva, Keishla destacó la buena voluntad de los profesores a la hora de hacer valer sus acomodos y de dar la milla extra para que no se rezagara de ninguna manera.
La pareja de hermanos, aseguró que las experiencias de bachillerato que más atesoran -ahora que están próximos a graduarse- se dieron en aquellos cursos donde compartieron estudios. Allí disfrutaron la sorpresa de profesores al enterarse de que son hermanos, la posibilidad de colaborar entre sí, compartir impresiones y, más que nada, la oportunidad de ver como el otro se desarrollaba profesionalmente. Kevin recordó alegremente las oportunidades de investigación, que le llevaron a presentar y obtener galardones tanto en el extranjero como a nivel local. Los estudios de Keishla fueron la base para una educación que trasciende el aula y los límites de la Universidad, a raíz de la cual la graduanda maneja lenguas como el español, inglés, francés, italiano, japonés, mandarín y coreano.
A dos semanas de la graduación, Keishla y Kevin predenden continuar estudios graduados aspirando así al nivel doctoral; siempre con la expectativa de mantener sólido el vínculo de hermanos que durante años ha servido de motor y fuente de apoyo para este dúo de seres excepcionales.