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unnamed (3)Primera clase Graduanda 1907. Sentados de izquierda a derecha: Alejo Guevara, Isabel Andreu, Carlota Matienzo, Adelaida López, Agustina Mussa y Juan N. Herrero.De pie: José M. Caballero, América Puig, Loaiza Cordero, Celenia Boneta, Concepción Orcasitas, Luis Cintrón. Marina Rovira estuvo ausente.

RESEÑA HISTÓRICA
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El doce de marzo de 1903, bajo la administración del Comisionado de Instrucción, Samuel McCune Lindsay, la Segunda Asamblea Legislativa aprobó la ley que creaba la Universidad de Puerto Rico en el municipio de Río Piedras. Se dispuso así el traspaso de todos los fondos de la Escuela Normal Insular. Esta se constituyó en el primer Departamento de la Universidad que dio origen a la Facultad de Educación y al núcleo de la Universidad de Puerto Rico.

Después de establecida legalmente la Universidad de Puerto Rico, la primera clase del Curso Normal de cuatro años, que consistía de trece estudiantes, se graduó en 1907. En el grupo se destacaron, entre otros, Isabel Andreu, Loaíza Cordero, Marina Roviro, Juan Herrero y Carlota Matienzo. Esta última fue la educadora en cuyo honor se nombró el «Edificio Carlota Matienzo», primera residencia de señoritas (hoy día, sede de las oficinas de DCODE).

La construcción de la Torre se completó en el año 1937, y recibió el nombre de Franklin Delano Roose-velt, el entonces presidente de los Estados Unidos como reconocimiento al interés y ayuda que prestó para el desarrollo del edificio. En la Rotonda, localizada en la entrada, se pueden apreciar los escudos de bronce de las naciones americanas; juntos, estos forman un círculo que simboliza la unión panamericana.

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Un año más tarde, Francisco Arriví y Augusto Rodríguez, vinculados a tantos quehaceres de nuestra cultura, escribieron y musicalizaron el himno de la Universidad de Puerto Rico, «Alma Máter».

Por el año 2009, cuando se conmemoró el centenario de la primera graduación de bachillerato, se le confirieron grados a tres mil cuatrocientos cincuenta y nueve estudiantes durante seis sesiones de graduación, celebradas en el Teatro de la Universidad. En la decoración del escenario se incluyó la imagen de la Torre junto al Paseo Real.

A los graduandos se les otorgó el grado correspondiente y un diploma representativo que incluía una cita de Jaime Benítez como parte de la celebración de su centenario: «¿Qué es el espíritu viviente de la universidad? Es el conjunto de actitudes generosas que propulsa la transmisión de los saberes y de los valores éticos, estéticos, de los principios filosóficos, científicos y técnicos que contribuyen a la noble tarea de aprender a servir, de aprender a ser». Como resultado de esta noble tarea, hoy presentamos al país más de tres mil profesionales que pronto iniciarán sus procesos de servicio dentro y fuera de Puerto Rico, siempre dedicados a aprender y a enseñar.

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